viernes, 12 de junio de 2009

El ReGrEsO
(Eduardo Galeano)


Viajan hacia el origen.
Guiados por alguna brújula secreta, los salmones vuelven al lugar donde nacieron. Vuelven para parir y morir.
Desde la mar, remontan los ríos.
Nadan a contracorriente, sin detenerse nunca, saltando a través de las cascadas y los pedregales y los muchos días y las muchas leguas.
Los salmones se habían ido de la cuna,
rumbo a la mar, cuando eran jóvenes de poco cuerpo.
En las aguas saladas, han crecido mucho y han cambiado de color.
Cuando desandan camino y río arriba vuelven al punto de partida,
llegan convertidos en peces enormes,
que del color rosa han pasado al naranja rojizo y al azul de plata y al verdinegro.
El tiempo ha transcurrido, y los salmones ya no son los que eran.
Tampoco su lugar es el que era.
Las aguas transparentes de su reino de origen y destino están cada vez menos transparentes, y cada vez se ve menos el fondo de grava y rocas.
Pero los salmones llevan miles o millones de años creyendo que el regreso existe,
y que no mienten los pasajes de ida y vuelta.

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